miércoles, 18 de septiembre de 2019

Tan lejanas pero tan cerca.


¿Que hay de aquellas enfermedades que nos quedan tan lejos de nuestra querida península, o de aquellas otras que se pudieron padecer hace ya años y las creíamos olvidadas?

Son las enfermedades reemergentes. Y es realmente un resurgir de enfermedades infecciosas que no son típicas de una región o país pero parece que llegan y otras que pensábamos controladas porque recientemente no había casos conocidos.

¿A qué podemos achacar estos acontecimientos?
A varios motivos; cambios en la formación demográfica humana y comportamiento, cambios en la tecnología y la industria, desarrollo económico y el cambio climático, actos como la deforestación, viaje y comercio internacional, adaptación y cambio de los microrganismos, deterioro en la salud pública....
Muchas de estas enfermedades se transmiten por vectores que pueden estar migrando hacia nuevos países usando estos frecuentes viajes y migraciones intercontinentales, como el Zika, el Dengue o el Chikungunya; otras se deben al incumplimiento del calendario vacunal de determinados colectivos, los llamados antivacunas.

Algunos datos reflejan la aparición de casos de estas afecciones en España. Así, en mayo de 2016, se detectaron 121 casos de infectados por virus Zika, según la Red Nacional de vigilancia Epidemiológica. Esta enfermedad se transmite por el mosquito Aedes aegypti, que no solo transmite el virus Zika sino que también lo hace con el Dengue, la Fiebre amarilla o el Chikungunya.
¿Qué podemos hacer al respecto? Evitar zonas con agua estancada donde pueden ubicarse estos vectores y utilizar métodos químicos y/o físicos para evitar el acceso a nuestra piel.


El abordaje de los problemas de salud pública depende en muchos casos de los estados de opinión. El sistema político actúa de forma cada vez más reactiva, de manera que con frecuencia se observan al mismo tiempo carencias en las políticas de prevención de problemas de salud emergentes y sobreactuaciones cuando se produce una crisis que comportan alarma social. Esta forma compulsiva de actuar suele tener costes elevados en términos de salud y de malbaratamiento de recursos. Los medios de comunicación juegan un papel determinante en la modulación de las percepciones ciudadanas y la creación de estados de opinión. 

Las redes sociales se han convertido en un medio de propagación muy eficaz de las pseudociencias, agravando los efectos de la desinformación, dando lugar a conductas que ponen en riesgo los logros alcanzados en salud pública y provocan la reaparición de patologías que se consideraban controladas. Por otra parte, la globalización hace que muchos fenómenos de salud pública se extiendan con gran rapidez, dando lugar a respuestas distintas según el grado de amenaza que se percibe. El mundo desarrollado solo parece movilizarse cuando se siente directamente amenazado... ¿cambiaremos el modo de actuar?

sábado, 20 de julio de 2019

¿Qué hay del magnesio?

Después de casi un año de descanso volvemos a informaros y a opinar sobre temas de actualidad.
En este caso os dejo un enlace sobre el déficit de magnesio y su posible relación con el estrés.

https://www.correofarmaceutico.com/salud-publica/magnesio.html